jueves, 9 de agosto de 2012

Toffee & cigarettes


Still life, Jia Zhang-ke, China, 2006 (111 min.) + Cry me a river, Jia Zhang-ke, China, 2008 (19 min.)

El quinto largometraje de Jia Zhang-ke, el más grande cineasta chino contemporáneo, está ambientado en las inmediaciones de la inmensa Tres Gargantas, donde se está llevando a cabo la construcción de la más grande represa del mundo, que ya forzó la re-ubicación de casi dos millones de personas. Sobre este épico cuadro -sus caminos se entrecruzan pero nunca intersectan- un minero del carbón y una enfermera (ambos de la provincia natal de Jia, Shanxi) buscan a sus anteriores parejas. Este drama del 2006 puede parecer un mundo aparte en relación con el surreal parque temático que es el escenario de la previa película de Jia "The World", pero hay similaridades de tema, estilo, escala y tono: la alienación social y afectiva en un escenario monumental, una desafiante mezcla poética de realismo y fantasía lírica, y un asombroso sentido del rumbo hacia dónde va nuestro planeta. (Cápsula de Jonathan Rosenbaum)


Comentarios del director:



Un día entré sin avisar en una casa y descubrí objetos cubiertos de polvo en una mesa de trabajo. De pronto, sentí como si el secreto de la vida acabara de caérseme encima. Los viejos muebles, los papeles en la mesa, las botellas en el alféizar de la ventana, los cuadros de la pared cobraron un aire triste y melancólico. Una naturaleza muerta es una realidad que preferimos no ver. Aunque esté enmarcada por el tiempo, su silencio está lleno de los secretos de la vida.

Still life (Naturaleza muerta) se rodó íntegramente en la vieja ciudad de Fengjie, que ha sufrido enormes cambios debido a la construcción de la presa de las Tres Gargantas. Numerosas familias que llevaban generaciones viviendo allí tuvieron que mudarse a otras ciudades. La ciudad antigua de Fengjie, con sus dos mil años de historia, fue arrasada y sumergida bajo las aguas.


Entré en esta ciudad condenada con mi cámara. Fui testigo de demoliciones y explosiones. Entre el ruido infernal y el polvo que estaba por todas partes, empecé a sentir que la vida podía florecer con colores brillantes incluso en un lugar tan lleno de desesperación.


Reseña de Miguel Frías (Clarín):

Naturaleza muerta, ganadora del León de Oro en Venecia 2006, del realizador chino Jia Zhang-Ke (Platform, The World), combina -con maestría- ficción y documental, historia individual y colectiva, belleza salvaje y construcción/destrucción humana: otro tipo de salvajismo. Esta última contraposición, en China, podría parecer propicia para el cine ideológico o, al menos, para los planos cargados de alegorías. No es el caso -o, al menos, no es el caso evidente- de Jia, quien se limita a captar, con su cámara reposada, delicada pero no demagógica, precisa pero no artificial, el hundimiento de la milenaria ciudad de Fengjie por la construcción de la represa hídrica Tres Gargantas.

Sobre ese fondo real, rural y tecnológico, imponente, apocalíptico, dos historias ínfimas y melancólicas. Por un lado, la de un minero que, tras dieciséis años, regresa desde lejos para rastrear a su esposa y su hija. Por otro, la de una enfermera que llega para comunicarle algo a su marido, que la abandonó años antes y ahora tiene un alto cargo en la empresa que demuele a la ciudad. Los dos "forasteros" se encuentran con relaciones disueltas, antiguas casas tapadas por el agua, violencia urbana, modelos económicos que dejaron de funcionar, si alguna vez funcionaron (ambos personajes se mueven con una resignación que contrasta con pobladores que reclaman indemnizaciones ante funcionarios estatales que ya no les dan respuestas.

Naturaleza... empieza con un lento travelling por la cubierta de un ferry: el movimiento, sutil, podría corresponder a la cámara o a la embarcación. Estilo que domina el filme: planos fijos de los protagonistas -con brumosos morros y ríos de fondo- seguidos por delicados paneos que captan a personajes casi de documental, en general demoliendo construcciones de una ciudad que estuvo en pie durante 2.000 años. Las historias del minero y de la enfermera no se cruzan: se van perdiendo, en realidad entrelazando, con el pasado, el futuro que sólo se intuye, el implacable avance de la naturaleza.

El rol de la mujer/esposa, negociada como mercancía, también aparece. Jamás en tono acusatorio, como si Jia prefiriera documentar, más que dar opinión. El tono realista es quebrado, pocas veces, por medio digital: libertad estilística de cierto cine asiático. 


Comentario de Raúl Finkel:

“A la vera de la represa más grande del mundo la gente lucha día a día para alimentarse; la esclavitud por deudas funciona igual que en el medioevo; las mujeres se compran como esposas; y los obreros siguen muriendo en accidentes de trabajo. La vida transcurre como en cualquier otro lugar, la gente se ayuda y se pelea; estafa y comparte; se divierte y sufre.

Jia Zhang-ke se monta sobre un proceso social e histórico real: la represa, el río, la ciudad, las demoliciones, las migraciones, todo sucede más alla de su cámara; lo que se sale del registro documental son sus personajes; así la ficción es casi una excusa para mostrarnos lo real, la ficción es lo que le permite a Jia Zhang-ke impresionar el celuloide con su mirada sobre el progreso chino. Still life puede pensarse como una ficción que en realidad está traficando un documental sobre los efectos sociales y simbólicos de la construcción de la gran represa.”


El proyecto hidráulico d
e las Tres Gargantas (una breve contextualización histórico-social): 

Sun Yat-sen, el padre de la China actual, fue el primero en pensar en el proyecto de las Tres Gargantas en el río Yangtsé. Encargó estudios a diversos ingenieros a principios del siglo XX. Poco tiempo después del nacimiento de la República Popular China, Mao Zedong se interesó por el proyecto de las Tres Gargantas y se desplazó personalmente a la zona. Fueron necesarias cuatro décadas para estudiar y realizar el proyecto de ingeniería. En abril de 1992, el Congreso Popular Nacional aprobó la construcción de la presa de las Tres Gargantas en el río Yangtsé, y la obra empezó oficialmente en 1993. Dividida en tres fases, se calculó que la construcción tardaría 17 años. Actualmente ya ha comenzado la Fase III y se espera que el proyecto esté terminado en 2009.

El proyecto comprende una presa de gravedad realizada en hormigón, un canal de desagüe, una central eléctrica al final de la presa, cinco esclusas de navegación permanente y un ascensor para barcos más pequeños. La construcción se divide en tres partes principales: la presa en sí, la central eléctrica y la estructura para la navegación. La presa tiene 3.035 metros de ancho y una altura de 185 metros. La central eléctrica dispondrá de 26 generadores. La capacidad será de 1.820 kilovatios/hora y generará un total de 84,7 mil millones de kilovatios al año.


La presa de las Tres Gargantas es el mayor proyecto hidroeléctrico del mundo. El nivel del agua alcanzará los 175 metros. Han desaparecido bajo las aguas un gran número de ciudades con más de mil años de antigüedad además de unos mil pueblos. Se estima que el número de personas desplazadas por la obra alcance los 1,2 millones. El Proyecto de Reasentamiento está dirigido a los desplazados de la zona invadida por las aguas.


“Cuanta más modernización, más alienación”, entrevista al director publicada en Página / 12.

Y ckick acá para otra entrevista también disponible online.

Sobre el corto Cry me a river, recomendamos la lectura de este artículo.

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