Una entrevista con Jia Zhang-ke.
Pregunta: ¿Cómo nació tu aventura
cinemática en las Tres Gargantas, entre Dong
y Still life?
Respuesta: Liu Xiaodong ya había estado
trabajando en las Tres Gargantas tres años antes de la película. Él es uno de
mis más cercanos amigos y mi pintor favorito. Me invitó allí en septiembre de
2005 para una serie de pinturas dedicadas a los trabajadores que estaban
demoliendo los edificios en una zona que estaba a punto de ser sumergida. Él
reunió a esos hombres alrededor de una suerte de gran colchón y los dispuso
como un conjunto, haciendo una suerte de nido para ellos. Era muy bello y yo me
emocioné mucho por esos hombres.
P: Uno tiene la impresión de que
existe un juego de espejos, como si vos y Liu Xiaodong fueran gemelos.
Cualquier cosa que uno dice o hace, el otro puede decir o hacer exactamente lo
mismo.
R: Es verdad que no somos amigos
sólo por casualidad. Hay un eco genuino, una resonancia, un entendimiento
íntimo entre su trabajo y el mío, a pesar de que son dos formas artísticas
diferentes. Además, si Xiaodong tuvo la idea de invitarme allí, eso es porque
él siempre fue cercano al cine independiente en China. Él captó de inmediato
que algo importante y visual estaba ocurriendo en esa área. Él actuó en la
película de Wang Xiaoshuai The days y
fue director de arte en Beijing bastards
de Zhang Yuan, y actuó en mi película The
world. Así que tenía fuertes conexiones con el cine independiente. Él no
tiene en absoluto miedo a la cámara, es algo más bien familiar para él.
P: Liu Xiaodong habla acerca de
los cuerpos de esos trabajadores, su belleza, su fuerza y eso también está
registrado en Still life como
película. A veces, pareciera que el canon de la belleza clásica está siendo
reinventado por medio de los cuerpos de estos trabajadores.
R: Absolutamente, a pesar de que
al principio esto no surgió de nosotros. La razón por la que esos cuerpos están
tan desnudos es simplemente porque hacía mucho calor. Están acostumbrados a
trabajar así. Por otro lado, es verdad que esta fue la primera vez que sentí la
belleza natural de esos cuerpos. Ese es el motivo por el que deliberadamente me
detuve en los hombres, especialmente en Still
life. Antes estaba principalmente interesado en las relaciones entre la
gente, entre un individuo y otro. Pero con estas dos películas hay realmente
una idea de belleza natural en los seres humanos, y quise trabajar en eso, en
ese simple hecho característico.
P: ¿En qué punto las mujeres se
vuelven el espejo opuesto a los hombres, primero en frente del pintor y luego
en la estructura de la película, una oposición asumida en el juego entre
exteriores e interiores, entre colores brillantes y apagados?
R: Eso sucedió bastante
naturalmente. De hecho, justo antes de que él pintara el último cuadro de su
serie en las Tres Gargantas, Liu y yo tuvimos largas discusiones acerca de los
modelos de masculinidad/femineidad, acerca de la cultura china de los dobles,
de los opuestos del ying/yang. Juntos resolvimos balancear la película con una
dimensión femenina. En ambas áreas el río juega un papel muy importante.
Realmente crea un línea invisible en la película, una línea de transición de
una película a la otra. Amo el aspecto físico del río como algo que materializa
la frontera, la línea que nos permite cruzar de un lado de algo al otro lado.
Esa noción puede encontrarse a través de todo el pensamiento asiático.
P: Un río bordeando dos orillas,
lo masculino y lo femenino, en cierto sentido, pero también la ficción y la
realidad. Siempre hay en tu película ese sutil sentido de pasaje de uno a otro.
Uno nunca sabe bien si lo que ve está guionado o no, especialmente en Dong. Por ejemplo, ¿sucede el accidente
durante la toma hacia atrás del travelling?
R: Oh, sí (risas). Eso realmente
sucedió por casualidad. Pero es también cierto para China en su totalidad.
Cosas increíbles están sucediendo todo el tiempo. Ese es hasta cierto punto el
motivo por el cual hay una suerte de aspecto surrealista en Still life. A veces uno tiene
dificultades para creer en lo que ve. Y quizás esa puede ser la fuerza de una
película, su capacidad para capturar esos momentos. Por ejemplo, la puesta en
escena de la mujer posando para Liu, que estaba guionada, o la trayectoria de
una de las jóvenes mujeres en la estación. En otras palabras, las escenas
filmadas en Tailandia estaban principalmente guionadas.
P: En Dong, también encontramos de nuevo este trabajo en lo privado, la
dignidad íntima de la gente ordinaria, del tipo de gente pobre que aparece en
tus primeras películas. Por ejemplo, cuando ingresamos en la familia del
difunto, la cámara permanece muy respetuosa, simplemente observando los rostros
para expresar la idea de pobreza.
R: Es cierto que el escenario
puede aparecer como algo de importancia secundaria. Para mí, los seres humanos
son siempre lo que más importa. Cuando me encuentro en frente de esta gente,
siempre me siento muy conmovido. Estoy contento de observarlos, cara a cara,
directamente. Así que parece correcto, respetuoso, poner en la película esos
momentos en los que nada parece estar sucediendo. Creo que hay cosas muy
profundas involucradas en esos momentos.
P: Uno encuentra este sentido de
dignidad también en la escena con la prostituta, filmada a distancia, con los
coches pasando a través a montones, impidiendo que el espectador se vuelva
demasiado como un voyeur.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9Cy4J4Qf8Xftg1cJ8tt_Ez_qBb5rCduVWP-fLBN3Vblle7s6fjvpk49Bkbf5ug2zH5x8VIOUvEvtPWS4lm9zzb8TpuGtxBbMFHwJzlU95vDsBYkPdBSWigJqGnAQS01onqA6qQnUvSVZA/s400/03.jpg)
P: El impacto del tiempo sobre
los cuerpos está presente en todas partes, especialmente en Still life. Ese sentido del paso del
tiempo como un tema fundamental conecta tu cine con la pintura clásica.
R: Eso es muy cierto. También
sucede que estudié Bellas Artes y pintura clásica, pero elegí el cine
precisamente porque te permite mostrar y capturar ese sentido del paso del
tiempo. Nuestro destino, nuestras vidas tienen una relación directa con el tiempo.
La línea del tiempo conduce nuestras vidas hacia algún lado, a pesar de que no
sabemos exactamente hacia dónde. Lo que importa es la trayectoria. Esa es una
noción muy budista. Si el destino está escrito, entonces lo que más importa es
la trayectoria, los caminos.
P: Uno puede ver eso en Still life con las dos líneas paralelas
entre el hombre y la mujer. Los representás en diferentes etapas de sus vidas.
¿Tu proyecto estaba estructurado de esa forma desde el comienzo?
R: Lo que estaba escrito, guionado,
eran las relaciones entre la gente. Pero lo que de hecho sucede en la historia,
los eventos concretos, esos casi nunca están guionados. Lo importante es saber
cómo los personajes se relacionan entre sí, o los grupos de personajes, las
relaciones de parentesco que conectan una familia con otra. Por ejemplo, quería
que Shen Hong fuera a buscar a su esposo en una fábrica, pero no sabía
exactamente cuál elegir o cómo debería verse. Así que hay una idea inicial que
debe ser materializada durante el rodaje. El espacio, los lugares, los eventos,
todo eso en realidad se decide durante el rodaje.
P: Si tuvieras que ponerlo en
números, ¿cuánto estaría guionado de antemano y cuánto durante el rodaje?
R: (Risas). Sería alrededor de un
30 % antes y un 70 % durante el rodaje, realmente.
P: Nos recuerda la oposición
entre una China tradicional y otra, vuelta más bien hacia la contemporaneidad.
En Still life, la mujer parece contar
más con la modernidad, mientras el hombre tiende a recurrir a los valores más
tradicionales.
R: Eso es algo que yo siento muy
subjetivamente. En China, los hombres son usualmente un poco perezosos (risas).
Ellos tienen el poder, ellos controlan el país. Por otro lado, las mujeres
usualmente aparecen como teniendo un ímpetu mucho más fuerte hacia la libertad.
Aparecen más forzadas y determinadas a romper barreras, a escapar de una suerte
de inmovilismo. Eso es lo que amo de ellas. Encontrarán ese rasgo en mis
personajes femeninos muy frecuentemente.
P: ¿Considerás a Still life como una película política?
R: Todo es político. De hecho,
todas las escenas de la vida cotidiana contienen información política. Cada
cambio en los personajes, en sus vidas cotidianas, revela algún aspecto de lo
político. Todos esos trabajadores están más o menos desempleados, y más o menos
sin hogar, moviéndose perpetuamente de un lugar a otro, con un sentido de estar
en exilio permanente.
P: Esos agricultores destruyen
los edificios que ellos mismos podrían haber construido bajo el régimen
comunista. ¿No introdujiste ahí una nota importante de ironía política?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgGvT-E73oWbJmMkUcuhyphenhyphenY0wyjCnqHMkRXXdGpGdUXQfkgg0YtpXs0YYyXhFmKy6uDJu9EZtdRzFkEYjiTX2jQHEV-t8YXRKbMXghxlf0_6Fk9Nq5wQxIgNeZjs4igKoGG0AiovNOpeQ1f/s400/05.jpg)
P: Todas las imágenes chinas
parecen concentrarse en el emplazamiento de las Tres Gargantas. La China
tradicional con sus nubes, lluvia, las montañas de los pintores, pero también
el colapso de una China comunista y el ascenso de una China liberal.
R: Sí, porque el río, las
montañas y la niebla están tomados de los elementos fundamentales en la pintura
china. Esa es la razón por la que uso esas tomas de paneos, recordando el gesto
de desenrollar un rollo de una pintura clásica, desplegándola en el espacio.
Así que, por un lado, está esa belleza natural, y por el otro, hay también una
cierta belleza en la destrucción. La primera vez que vi esos edificios en
demolición, realmente sentí que algo llegaba a su fin, pero también que una
nueva era estaba comenzando.
P: ¿No muestra la película que
los dos sistemas, capitalismo y liberalismo, producen los mismos efectos en la
gente ordinaria, en los pobres?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhAQIyjjX7El2m-TBX8vpniAo6UfGaVBtUGSS_NbYH8WFl5C_2OOHIeppYfj2WL1dIpQi_Sua04bW99U5l9d36vECwdfD_GnSn6cyfJKpHGEvrJ2h2R4g4dv5vVEOXRpVdNXjyPFRBcCCi/s400/07.jpg)
P: Introducís en esta película
una entera serie de tomas relativas a lo imaginario, los sueños, lo
surrealista, y ellas agregan un sentido de ligereza y humor a la narrativa.
Especialmente esa toma del edificio que colapsa. ¿Cómo sucedió eso?
R: Sí, es cierto (risas). Es
cierto que eso es nuevo en mis películas. Por otro lado, es de hecho lo que
realmente está sucediendo en China. Todo esto refiere a mi propia memoria
personal de lo que estuvo ocurriendo en China en estos últimos pocos años. La
toma del edificio que colapsa es de hecho algo que me ocurrió. Un día, en un
pueblo en la China del Este, estaba comiendo con un amigo en un restaurante
cuando, de repente, justo en frente nuestro, un enorme edificio de
departamentos colapsó (risas). Esa experiencia permaneció junto a mí. El
edificio en cuestión estaba sólo terminado por la mitad, pero no había más
dinero para completar la construcción, así que decidieron demolerlo (risas).
P: En esas tomas, ¿no hay una
suerte de sentido de liberación para vos, una respiración honda, un sentido de
un nuevo comienzo?
R: Digamos que acepto todas las
realidades de China (risas). Pero empezando por ahí, tenés que tomar decisiones. Yo elegí el cine para contar ese tipo de historia, pero es cierto
que esto representa un cambio para mí. Tenés que entender ese deseo por los
cambios que se tienen que desarrollar en China. Pero también tenés que
permanecer racional para observar esos cambios y a veces tenés que tomar cierta
distancia, el paso atrás necesario para formular críticas.
P: Tu aproximación cinemática
parece ser el opuesto radical del adoptado por los medios de comunicación.
R: Sí, creo que es importante
mostrar ese aspecto de China, que nunca aparece en los medios de comunicación
chinos. Ese es el motivo por el cual la sección de las demoliciones dura un
largo rato. A la vez, no me concentro únicamente en las demoliciones. Creo que
las mujeres en la película son las portadoras de la vida, tienen una voluntad
más fuerte y más deseo. Encarnan la esperanza, creo.
P: Además de tus íntimas
relaciones con la pintura, el hecho de que permanezcas tan encariñado a la vida
cotidiana de aquellos que no tienen nada dota a la película de una resonancia
política igual a la significación del proyecto mismo de la represa.
R: Eso es porque yo pienso
diferente acerca de la sociedad china. En mis primeras películas,
principalmente evoqué los cambios en la sociedad, del pasado al presente, en el
plano de los grupos de gente. Hoy estoy más interesado en el cambio interno
dentro de la gente, el cambio en el plano del individuo. Esto es bastante nuevo
para mí también. Pasé de lo externo a lo interno, a lo que no necesariamente puede
ser visto. Las películas son todavía acerca de los destinos de la gente
ordinaria, pero vistos como individuos.
P: ¿Cuál es tu próximo proyecto?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8vV6ZCkWpYmTE_gQAGkw1i8WhwKc1QKS7lou_hw0xcL4FBCKnwUTXNfTYSv1HfJ6_XKV5x05Bzrh7XS7sSKBH3qJJMUd8ibxWdfHDIA52khmnWO8Kgx91y3dwL76sUTMQ-23CFH6o39Xe/s400/12.jpg)
De una entrevista hecha por Stéphane Mas (traducida del francés al
inglés por Paul Willemen).
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